Casi cincuenta años después, Alphaville no se queda atrás. Fue en 1965, cuando Jean-Luc Godard crea esta obra de arte, ganadora del Oso de Oro en el Festival de Berlín. Así, Alphaville, es fácil de identificar con novelas distópicas tales como Un mundo feliz, 1984 o Fahrenheit 451. Ahora nos encontramos en un punto social donde obras de este tipo pueden adquirir su total significado.
Aparentemente vivimos bajo un mundo “normal” pero que si se profundiza en él hay detrás ingredientes tan peligrosos como la homogeneización cultural. Alphaville, precisamente, refleja bien estos matices: el protagonista, un agente secreto llamado Lemmy Cauton, es enviado para averiguar dos motivos, motivos que le llevan a descubrir que realmente es un lugar poseído por el totalitarismo y el absoluto control de las emociones y el pensamiento de los ciudadanos.
Presente. España. Podríamos plantearnos escribir la actualidad desde la misma línea, ahora, ya no es distópica, sino que la realidad se abalanza para dar una llamada. Ahora está pasando. Y los ciudadanos del mundo, de España, quizás no se den cuenta de todas las consecuencias que faltan por venir y que ya están ocurriendo. Si hacemos un recorrido por el mundo, ¿qué está pasando? Crisis económicas, guerrillas y guerras, países en pobreza, corrupción, control de grandes corporaciones, control del pensamiento, desarrollo tecnológico difícil de asimilar, pérdida de los derechos sociales y, por tanto, del Estado del Bienestar…
¿Significa perder calidad de vida si volvemos hacia modelos más sociales? Estamos sobrealimentados, sobrecargados de información, sobrecargados de bienes materiales
Si concretamos más, tenemos delante de nosotros un debate complicado, lleno de matices que no podemos obviar: ¿Es el único modelo en sociedad que podemos adoptar? Y hablo del capitalismo, o mejor, del neoliberalismo…. ¿Significa perder calidad de vida si volvemos hacia modelos más sociales? Estamos sobrealimentados, sobrecargados de información, sobrecargados de bienes materiales; no es que lo diga yo en este pequeño artículo de opinión, es que necesitamos reestructurar nuestro sistema- económico social según los expertos en materia medioambiental, sanitaria o, incluso, científica.
Claro que no he descubierto la pólvora, no he dicho más que evidencias. No creáis que me siento como si hubiera descubierto lo imposible. Lo que sí es cierto es que deberíamos de poner sobre la mesa soluciones, como muchas plataformas nuevas, nacidas a raíz del 15-M, están haciendo. Plataformas como Stop deshaucios, 15MpaRato, Marea Blanca, Plataforma por Un Nuevo Modelo Energético… Podríamos enumerar un sinfín de organizaciones dispuestas a debatir todo tipo de propuestas y que, además, gracias a ellas, organizaciones totalmente delictivas y corruptas han sido juzgadas como bien lo hicieron sacando a la luz el Caso Bankia.
Ahora, después de todo, no perdamos la memoria. Que no se olvide que todo lo que la sociedad tiene es gracias al pueblo, ¿quién es el pueblo? ¿Aquella cosa tan mala de la que habla Podemos para hacerse más populista? ¿El pueblo sólo es de izquierdas? Por favor… El pueblo somos todos nosotros, empresarios, educadores, periodistas, artistas, niños, jóvenes… El pueblo tiene mil caras, una amplia gama de colores y de ideas, nadie lo discute y debe ser así. Pero, en un acto reflexivo, tomemos un minuto: Si revisamos la historia, ¿fueron los reyes y la élite las alas más movilistas? ¿Fueron las que lucharon por una sociedad más democrática y justa?
Todos podemos buscar el final feliz, Alphaville nos lo enseña.